Como arte, la arquitectura tiene el poder de comunicar, promover ideas, generar sentimientos… Penetrar el campo creativo de la arquitectura es comunicar al alma del ser humano, aquí anida la verdadera responsabilidad social del arquitecto.
¿Cuál es el nivel de calidad de vida que merecemos los seres humanos?
Arquitectura Holística
El término arkhí (arji) para los antiguos griegos posee una etimología de origen sagrado y señala directamente a la palabra que recoge el aliento divino, arkhé – arjé, que está en la raíz de la palabra arquitecto, la cual proviene del término griego arkhitekton (arjitekton); arkhí, – el primero – y tekton –obrero que construye – podemos entender un significado de carácter sagrado en el oficio del arkhitekton. “El obrero del primero”, el que sabe cómo construir, el que interpreta el cosmos, el maestro de la Ciencia Sagrada.
Por otra parte, la raíz griega holos, de holística, expresa total, lo que está completo. Desde nuestra perspectiva, el principio lo constituye el ser humano; por quien es, para quien está concebida y quien crea la arquitectura, es el modelo a partir del cual podemos tener un acercamiento al concepto de arquitectura holística. Desde esta perspectiva, un edificio es mucho más que una estructura física de ladrillos, hormigón, vidrio, etc.
Entonces ¿cómo se puede entender un edificio?
Para entendernos, debemos partir de las reales necesidades humanas que pueden agruparse en cuatro dimensiones: Espiritual, Mental, Emocional y Física. Sobre esta base es que la arquitectura también se crea, ya que así es como la percibimos e interactuamos con ella. Sintetizando, cada dimensión humana tiene un correlación con la arquitectura: lo Espiritual lo asociamos a lo simbólico, que es lo que la obra nos “quiere decir”; la dimensión Mental se asocia a la funcionalidad, con la jerarquía y relaciones espaciales de la obra; la dimensión Emocional tiene que ver con las formas y proporciones en relación con la luz, color, texturas, olor, sonidos, etc. y la dimensión Física que se compone de la estructura, los materiales, instalaciones, etc.
Estas dimensiones siempre están presentes, ya que una obra de arquitectura la experimentamos, sentimos, leemos e interpretamos de manera natural, lo ideal es que un arquitecto conciba esta integración de manera consciente. Esta es una diferencia sustancial y cualitativa, porque un arquitecto holístico coloca sus capacidades de manera sistémica en las etapas de diseño y construcción, para integrar como un todo las partes de manera que haya coherencia y sentido para proveer calidad de vida a quienes finalmente ocupan esos espacios. Así, la obra adquiere un valor nuevo.
¿En una visión holística, cómo se concibe la arquitectura sostenible?
Lo que hoy se entiende como arquitectura sostenible apunta esencialmente a corregir la dimensión física de una arquitectura desconectada de la naturaleza. El siglo XX fue devastador, por un lado una sociedad demandante y por el otro las empresas constructoras respondiendo a esa demanda con una urbanización acelerada, desproporcionada y desequilibrada, bajo el signo del más despiadado capitalismo que produjo como resultado ciudades que reflejan el estado de la sociedad con desorden, caos, pobreza, enfermedad…
La intención de mejorar y corregir el estado de cosas con materiales naturales, ahorro de energía y agua, etc. es un noble emprendimiento, sin embargo estas acciones son pálidos intentos ante la fuerza del mercado que sigue arremetiendo con pulpos empresariales que siguen construyendo y ofreciendo más de lo mismo, apagando la vida, contaminando, consumiendo sin medida, deteriorando y llenando de basura el entorno.
Cuando entramos en lo profundo del concepto de sostenibilidad, la vida surge como el eje primordial de toda actividad, pero la vida es una compleja red orgánica y energética en la que la información y la inteligencia genética busca mantenerse y evolucionar, es un misterio que merece respeto y atención para comprender sus leyes y para ajustarse a ellas. Entonces, lo que entendemos hoy como arquitectura sostenible o sustentable, está lejos de ofrecer soluciones adecuadas al ecosistema y a las finas necesidades de la psicología humana. En síntesis, estamos hablando de un imprescindible proceso de educación hacia una nueva conciencia de la vida.
Andrés Lévy
Arkhi-Arquitectura Holística